Belleza, Plástica Enfermedad

Este lo escribí para un fanzine en el q colaboraba llamado Escozor.

Silenciosa, intenta sorprender al mundo, cautivo por el dolor de la delgadez.
Sus párpados perfectos se yerguen con curiosidad para poder visualizar la perversidad del sonido, el rumor de sus fantasmas.
Entre sus ondulantes y delicadas manos encierra un amuleto. En él se encuentran, solitarios, los placeres de demonios colores acuarela.
Su desquiciada bestia interior exprime la luz de la juventud.
Durante la noche embarra su cutis con recetas mágicas, multicolores, bizarras, inspiradas en la violencia creada por la ternura de la intimidad.
Belleza, sexo liberado por la música rebelde.
La muñeca irrompible, con arete en la nariz, la lengua de mar y la cabellera azul destaca entre ellas y ellos que sólo son terriblemente auténticos.
En sus ojos poderosos dibujo espacios, personas, extraños.
La imaginación duerme en los cuerpos renacentistas, físicamente fuertes, interesantes, graves.
Belleza. Su frágil misterio flota triunfal en el día estelar, mareando al tiempo.
Me desnudo ante la alucinante niebla del desierto, me seducen sus provocativos rojos.
Las heladas olas tocan mi alma: con la fuerza de sus curvas intentan herirme.
Los ángeles se enfrían en las ruinas lejanas, los diablos inventan la forma de vivir en el eterno riesgo.
Belleza, musa orgullosa, inocente, inclemente.
Los duendes cantan su suerte.
La inconsciente estrella gris, perdida en los caminos del mundo, se enfrenta a la blanca muerte: al ver su escualidez sólo piensa en las abundancias del cielo.
La feroz lluvia amenaza a delirantes admiradores que ríen al oír sus secretos.
Los entres lloran paz, se pudren en una carcajada.